El Déjà Vu de Mi Amiga la Prepago

Saben lo que es un déjà vu ¿no? La experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación; bueno, esta mañana tuve uno.

No fue un déjà vu fortuito como deberían ser todos los déjà vu, fue uno inducido por Mi Amiga la Prepago, quien los últimos días había estado llegando tarde a entrenar, como a golpe de 7:30 am, lo que me llenaba de felicidad porque cuando ella estaba entrando al gimnasio yo estaba saliendo; casi que había vuelto a ser el mismo ya que sin sus caras de culo, las palomas que me pintaba, las burlas de su grupo y las agarradas de culo que me echaba Donatella cada vez que nos cruzábamos, me sentía un poco menos humillado.

Aunque les parezca una exageración, la tensión entre Mi Amiga la Prepago, su grupito y yo se estaba sintiendo en todo el gimnasio: la gente nos veía siempre, en especial cuando estábamos haciendo algún ejercicio cerca, todo se había vuelto muy raro.

Esta mañana mientras hacía unas sentadillas sucedió algo que ya había vivido antes, la humillación se había vuelto a repetir, Mi Amiga la Prepago había reinventado la manera de hacerme sentir mal y provocar un dolor profundo en cada uno de mis músculos, como el que se siente al día siguiente de que comienzas a entrenar por primera vez en un gimnasio.

Sonaba Wepa de Gloria Estefan, recuerdo que la estaba tarareando hasta que bajaron el volumen y de las cornetas salió la voz de Mi Amiga la Prepago. Me detuve, volteé disimuladamente hacía la recepción, tenía un papel en la mano, comenzó a leerlo:

“Estimados cuerpos calientes que entrenan aquí en el gym, reciban un cordial saludo. El presente discurso es para hacerles una invitación formal para despedir a mi cuñis querida: Donatella, quien se devuelve a Italia después de un mes de visita por nuestras tierra, su tierra, donde pasamos tiempos hermosos”. Se cansó de leer el acartonado discurso del papel, arrugó la hoja y me la lanzó contra la cara, todos se rieron.

“Aja… ¡Miren! La cosa es mañana aquí en el gym, va a ser una súper clase de bailoterapia que va a dar Francis Terán, nuestra amiga hermosa que vino desde Mayami sólo a ver a Donatella, por favor no falten y traigan sorpresas no alcohólicas para pasar el rato. Están todos invitados ¡Menos tú!” (me señaló a mi) “y la cuerda de mojigatas criticonas que ya saben quienes son ¡Ni se aparezca!”. Volvió a subirle a la música, la gente no paraba de reírse al verme, seguí entrenando un rato más hasta que me fui.

No era la primera vez que no me invitaban a una fiesta y que delante de mucha gente me lo decían. Nunca fui a los quince años de ninguna de mis compañeras de la secundaria, ni a las reuniones que hacían al finalizar las clases; no me invitaban.

Después de mucha terapia y tiempo superé esa etapa aunque el odio que siento hacia los que me hicieron esos desaires es anormal. No quiero comenzar a sentir cosas tan feas hacia Mi Amiga la Prepago, la quiero demasiado como para comenzarla a ver como a mi enemiga; pero es que ella no ayuda.

¿Realmente vale la pena llenarse de odio por gente que no vale la pena? Yo prefiero quedarme callado y aplaudirles el show y hacer como Jesús: ponerles la otra mejilla y que ellos mismos se den cuenta de que la están cagando; no voy a ser yo el que va a decirle a Mi Amiga la Prepago que lastimar a la gente que la quiere no es divertido.

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2 comentarios en “El Déjà Vu de Mi Amiga la Prepago

  1. Katy dijo:

    Tu «amiga» (la prepago), nunca ha sido motivo de mi admiración. Y aunque leo tus venturas y desventuras con/sin ella, lo hago por tu estilo de escritura y no por ella. Y en este momento solo puedo sentir una profunda ARRECHERA por la PEAZO E LOCA ESA, y disculpa mi latín. Jajajja

    • ¡Hola Katy! No sabes el placer que me da leer tus comentarios, estoy muy agradecido por lo que me dices.

      Con respecto a Mi Amiga La Prepago, pues compartimos los mismos sentimientos, a veces uno no entiende porqué las personas que más queremos son las que nos hacen más daño.

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